Espiritualidad y Cambio Humano

Hay un nuevo aire. Se está estableciendo suave pero crecientemente una tendencia necesaria. Este occidente y su forma de vida que nos agobia con lo que el filósofo coreano-alemán Byung Chul Han ha denominado la sociedad del cansancio, debe empezar a virar, y eso está haciendo, para su bien.  

Se impone lentamente una vuelta hacia un mundo que se inclina a darle un espacio a un universo intimista, de mirada interiorizada y de mayor contacto con el fondo existencial y cosmológico. Un mundo que retorna a la introspección y el contacto espiritual que supo tener en muchas manifestaciones y que se fue perdiendo.

Hay una oferta barata de salvación e ideas del estilo llame ya y obtenga réditos que no son más que burdas banalizaciones comerciales del camino espiritual y que lamentablemente venden mucho. También otras asociadas a frases y fotos de Facebook o Instagram. Fotos leves de personas en algodonadas ropas blancas, soles en su despertar o puesta de increíble belleza, pelos mecidos por suaves brisas o manos en posición de oración. Toda una farsa publicitaria mediocre, lo que no implica la negación de que hay un movimiento que está en marcha, aun con sus distorsiones y aprovechamientos comerciales de empresarios y vivos devenidos a Gurús. Cuando uno se conecta con la milenaria sabiduría de la filosofía de base hinduista y luego escucha estos remedos de plástico, se da cuenta que hay versiones baratas, como las hay de cualquier camino espiritual.

Sin embargo, hay líderes serios, reconocidos como tales, que se conectan desde distintas vertientes religiosas y que están encontrando caminos comunes para ayudar a reencontrar en el ser humano el camino perdido. El camino de regreso a casa, de regreso a Dios. Sea el Dios que cada cultura o perfil filosófico admita como tal. El Dios de Spinoza o Einstein (el que no juega a los dados), el de la tradición judeocristiana, musulmana o hinduista, no es un dios, sino la búsqueda de Dios y caminos de acercamiento y reconocimiento de las legitimidades de las visiones religiosas en tanto sean una búsqueda de Dios. La religiosidad, ungida como un factor que hace al bienestar humano, según datos que aporta las investigaciones de la psicología positiva, encuentra un camino de realización en estas tendencias, muchas veces ecuménicas.

Junto a ello, surge con fuerza la práctica yógica. Algunas para trabajar aspectos físicos, otros psicológicos, que sin valerse de la vertiente espiritual, brindan igualmente descanso al cuerpo y la mente. Lo hace a través de entrenamientos en aquietamiento mental, aumento del foco perceptual-atencional, integración psicológico-corporal-ambiental, ya sea para ser utilizado en deportes, el estrés, un mejor y más sano rendimiento laboral y académico, mejoramiento de cuadros personalidades de rasgo ansioso, etc. 

Las neurociencias han traído a la medicina, una nueva visión de las técnicas de meditación a través de las neuroimágenes. De pronto, lo que se veía como ciencia oriental, basada para muchos en sugestión, autosugestión, filosofía e ideología mostró su enorme potencial físico a nivel de modificaciones visibles como lo son las imágenes que se pueden obtener ahora por contraste o bien a través de mediciones electroencefalográficas muy complejas, sobre la dinámica cerebral y sus cambios en momentos de meditación. Este asombro llevó a procurar métodos que puedan adelantar los tiempos de capacidad de atención y foco mental para conseguir esos cambios que requieren de mayor tiempo si uno practica las técnicas ancestrales. 

Como se ve occidente en su afán rápido y furioso va buscando formas no espirituales sino prácticas y rápidas para ayudar a calmar la mente y con ello mejorar el bienestar.  Dentro de estas tendencias surgen modelos como el de mindfulness, atención plena en su etimología, que enlaza las técnicas de aquietamiento mental a técnicas cognitivas que así articuladas generan efectos que van siendo estudiados, pero cuyos resultados son alentadores. De todas formas, estas técnicas se recomiendan sin dudas y cada vez más.

La palabra Yoga, deviene de “Unión”, podemos pensarlo como una unión entre cuerpo y mente, como mente y naturaleza, como espíritu y Dios. Sea como se la inicie, es un método basado en evidencia y que intenta romper la visión dicotómica del hombre, tanto de sí mismo en mundos corporales, mentales y espirituales, como del hombre y su entorno natural o la unión del todo en estados de observación y contemplación, donde las divisiones se vuelven unicidad. 

El cambio en psicoterapia tiene limitaciones, hay barreras que los métodos no pueden transitar y que quedan en un vacío que se intenta llenar, pero con escasos resultados. La terapia psicológica es eminentemente verbal, con sus excepciones claro, pero en general es de corte materialista, verbal, centrada en el sujeto y verbal. Esto deja en el camino la posibilidad de experiencias correctivas o atenuadoras de estados de malestar y hasta de patologías ligadas a la tensión constante, el estrés o niveles de activación excesiva prolongada. Para estos problemas tan occidentales, que están tras todos los trastornos de la ansiedad y sus derivados, sean fobias, pánico, TOC, etc. o las psicosomáticas relacionadas a alta tensión muscular y visceral o bien los problemas ligados a las dificultades de atención por excesiva actividad multitarea, cansancio, celular, estas técnicas son de valor que muestra su potencial progresivamente. 

Cuando a su vez, estas prácticas permiten una lógica ecuménica de acercamiento espiritual e interreligioso, genera a su vez otros efectos positivos en el nivel social y geopolítico. Muchas tendencias humanas llevadas por estas lógicas procurarán el acercamiento y la paz, el entendimiento tolerante a la imposición forzada y violenta. En un país como el nuestro este cambio está esperando ansiosamente por un nuevo amanecer de cordialidad entre argentinos que estamos llegando a niveles de malestar interpersonal asombroso. En el mundo, los localismos, las visiones xenófobas y de intensificación de corrientes fundamentalistas de todo tipo menos de la cultura de paz, también se puede ver radicalmente cambiados en la medida que estas prácticas unan, tanto el cuerpo, como la mente, el ambiente y la tolerancia amorosa al prójimo, máxima bíblica.  

Como se puede observar estamos hablando de un potencial de cambio humano que incluye al sujeto, la familia, las organizaciones, sociedades y globo. Puede sonar ingenuo, pero las experiencias que se van teniendo respecto a los climas que se generan tras estas antropologías dicen lo contrario. Ingenuo es no empezar a practicarlo, llevarlo a la escuela, clubs, formación en general, espacios laborales, etc. e intentar prevenir ansiedad, depresión, violencia que hoy pueden ser trabajadas con un método, uno que definimos progresivamente como científico en occidente y es parte de la herencia ancestral científica de las orientales. Recomendación: practique de alguna manera el Yoga, la meditación u otro tipo de metodología afín y en sus distintas variantes. Probar con gente confiable, no hace daño. 

 

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