Trastornos alimenticios (parte I)

Los trastornos alimenticios son una obsesión por los alimentos y el peso que daña el bienestar de una persona. Aunque todos nos preocupamos a veces por nuestro peso, las personas que tienen un trastorno de la alimentación toman medidas extremas para evitar subir de peso. Existen 2 trastornos de la alimentación principales: la anorexia nerviosa y la bulimia.

Anorexia y bulimia

Estos trastornos alimenticios son multicausales, sin embargo la “epidemia” de estos trastornos ligados a la exaltación de la delgadez, son relativamente recientes. La aparición de estas enfermedades tanto en Estados Unidos como en Europa se dio después de la década del cincuenta. Esta tendencia se mantiene hasta estos días, vinculada a una aceptación social creciente. Su consecuencia más nefasta es, tal vez, el incremento alarmante de estas patologías en todo el planeta.

La anorexia nerviosa y la bulimia, se caracterizan por su cronicidad, resistencia al tratamiento y frecuentes recaídas.

La primera impresión, tanto para el médico como para el nutricionista y también para el paciente es que se trata de “un juego pasajero” que desaparecerá espontáneamente. Sin embargo, esto rara vez ocurre y por el contrario es necesario encarar el problema con la seriedad que merece una enfermedad que es potencialmente fatal.

Idealmente, estos pacientes deben ser tratados por un equipo interdisciplinario con especial experiencia en el campo de los desórdenes de la alimentación. También es importante que los miembros de la familia estén informados acerca de la naturaleza y seriedad de la enfermedad para apoyar al que la padece. Una vez que se logra una alianza con el paciente, y se ponen a salvo aspectos de su funcionamiento orgánico, se comienzan a explorar los aspectos psicológicos y emocionales que iniciaron y perpetúan la enfermedad.

Es importante señalar que no hay dos pacientes totalmente iguales. Todo tratamiento se debe adaptar a cada uno en particular.

La enfermedad pasa paulatinamente desde la atención y discusión centrada en la comida y el peso, a los problemas más profundos. Por ejemplo, inseguridad, sensación de falta de control, inadecuación social, necesidad continua de ser aceptados por los demás, compulsiones, depresión, etc.

El tratamiento puede ser prolongado y muchas veces frustrante por las recaídas que se dan durante la duración del tratamiento.

“La exaltación de la delgadez parece estar vinculada con la aceptación social”, explica el Dr. Fabian Melamed, psicólogo clínico especialista en trastornos alimentarios.

Signos

¿Cuáles son los signos de advertencia de un trastorno de la alimentación?

  • Preocupación poco natural por el peso corporal (incluso si la persona no tiene sobrepeso).
  • Obsesión por las calorías, los gramos de grasa y los alimentos.
  • Uso de algún medicamento para evitar subir de peso (píldoras para adelgazar, laxantes, píldora para orinar).
  • Vómitos después de las comidas.
  • Desmayos.
  • Aumento de la ansiedad por el peso.
  • Callosidades o cicatrices en los nudillos (por vomitar en forma forzada).
  • Negación de que algo anda mal.
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